Dilalica inauguró su espacio en Barcelona impulsada por un entusiasmo estético por el arte digital y con el propósito de investigar los retos que sus formas provocan dentro de un espacio físico. En el entorno de una galería las obras que forman parte de una exposición tienen inevitablemente una dimensión comercial. ¿Cómo se complementa el argumento de la singularidad —y escasez— de una obra de arte física con la reproducibilidad de la información digital compartida gratuitamente por los artistas de este medio?
El término “Dígitos y átomos” remite al libro Being Digital (1995) de Nicholas Negroponte, en el que el autor reflexiona sobre la complementariedad económica entre formas tangibles y digitales. Comisariada por Cristina Anglada (Madrid), Marialaura Ghidini (Bangalore, India), Kelani Nichole (Los Ángeles, EE.UU.) y el director fundador de Dilalica, Louis-Charles Tiar, esta exposición presenta una selección de obras que conversan sobre la dualidad del espacio físico y la información digital. Los artistas Yogesh Barve, Shona Kitchen, Claudia Maté y Lorna Mills expusieron obras originales para la ocasión.