A Corner in Wheat

Una esquina, por definición, es la parte exterior del lugar en que convergen dos lados, generalmente, de un edificio. Un rincón es también el ángulo que se forma al encontrarse dos paredes o superficies, pero a la vez un lugar retirado, más bien pequeño, un recoveco o escondrijo. El término inglés ‘corner’ recoge esas dos acepciones que, en castellano, tienen cada una un matiz particular. Ambos términos comparten una dimensión espacial fundamental, arquitectónica, estructural. Tanto la esquina como el rincón, remiten simultáneamente al cruce, a  la unión, pero también al corte – sólo pueden encontrarse elementos dispares. Cruce expuesto de caminos o refugio oculto, ambos unen lo distante en un encuentro que siempre promete separación.

La exposición A Corner in Wheat propone un diálogo entre Beatriz Olabarrieta y Mario Santamaría a través de diversas intervenciones espaciales articuladas en torno a la idea de corte. Partiendo de la singularidad arquitectónica del espacio de Dilalica y de los rastros de la memoria del lugar, ambos artistas plantean desplazamientos de distintos elementos – arquitectónicos, mecánicos, simbólicos… Al recomponerse, éstos generan huellas materiales que provocan momentos de desconcierto en el espacio, dirigiendo la atención hacia objetos que exploran una lógica de desarticulación y rearticulación en nuevas formas.

La instalación de Beatriz Olabarrieta, Evidence of conditioned behaviour, explora cómo diferentes objetos y cuerpos se comportan ante la aplicación de fuerzas mecánicas. La repetición de un gesto aparentemente automático hacia un muelle es transformado en un acto renovador, al explorar los límites de los materiales y sus reacciones bajo presión. Casi a modo de demostración científica, esta instalación bien podría contemplarse como un experimento en el que la artista crea un método, escoge una serie de variables que determinan cuáles son las fuerzas que afectarán al muelle, para que después sea el público quien lleve a cabo las observaciones que determinen las correlaciones. El comportamiento condicionado revela así la relación entre la dinámica intrínseca del muelle y el intento de transformación de la máquina. Es en ese cruce, en esa esquina en la que la artista lleva a cabo esta intervención arquitectónica, donde surge una nueva forma de evidencia del comportamiento físico de los materiales, pero también de las posibilidades de interpretación de ese encuentro.
Por su parte, Mario Santamaría toma el proyecto Medusa Submarine Cable System para convertir el espacio de exposición en un particular punto de aterrizaje. El Medusa SCB es una infraestructura de telecomunicaciones que consiste en un cableado submarino de fibra óptica de 8.700 km, previsto para 2026 y diseñado para mejorar la conectividad en el Mediterráneo, conectando Europa con el norte de África. Este cable permite un alto ancho de banda, soportando el creciente tráfico de internet y la transmisión de datos. Actualmente los cables submarinos sostienen el 98% del tránsito internacional de internet. Esta esquina en la que convergen lo material y lo virtual, la ficción y la realidad, es la que Mario Santamaría ha explorado a través de la articulación de un punto de aterrizaje en la entrada de Dilalica y las imágenes del interior de los cables, así como de un recorrido posible de este circuito submarino.